Colonialismo y la trampa de la deuda
J.C. Kumarappa fue un economista indio y cercano colaborador de Gandhi. Juntos crearon una forma de entender la economía y las relaciones de las personas con los recursos naturales.
Kumarappa pasó largos periodos de su vida entre el Reino Unido y los Estados Unidos, lejos de los problemas de su país natal, sin embargo, a su vuelta en el año 1929, participó inicialmente en trabajos de diagnóstico económico, hasta que en 1934 Gandhi decidió pedirle el trabajo que ocuparía una gran importancia en su vida. En India se había fundado AISA (All India Spinners Assosiation), la Asociación de Hilanderos de India, que para ese año ya contaba con unas 5000 aldeas asociadas a lo largo del subcontinente. Ese mismo año se fundó la AIVIA (All India Village Industries Association), la Asociación de todas las aldeas industriales que pretendía llevar a cabo el mismo programa que AISA. El trabajo de Kumarappa consistía en crear un programa para la revitalización del tejido productivo indio pero a nivel productivo e industrial.
En torno al año 1942, el Reino Unido se encontraba en plena Segunda Guerra Mundial y preocupado por proteger sus intereses financieros. Se creó la United Kingdom Commercial Corporation para la exportación de productos a bajo precio. El ferrocarril y las materias primas como la sal fueron utilizados como yugo por parte de los ingleses hacia los indios. En el caso del ferrocarril, éste fue construido por los ingleses para transportar tropas para las numerosas guerras en las que estaban implicados. El algodón y otras materias primas fueron usadas para la exportación. Sin embargo, y a pesar de que el ferrocarril sólo era de utilidad para los ingleses, al salir de la India, éstos impusieron el pago a sus inversores por las infraestructuras y la adquisición de todo el sistema de ferrocarril a los indios. Para ello sacó en torno a 30 millones de libras de la India como depósito bajo fianza del pago de los intereses por el ferrocarril.
El trueque como solución
Kumarappa montó en cólera y propuso a los indios una medida revolucionaria: no aceptar papel moneda por sus productos, sino intercambiar unos productos por otros, tal y como dijo “una economía de trueque debe ponerse en marcha para aliviar esta situación”, de esta manera los indios dejarían de contribuir al saqueo inglés. A partir de entonces, Kumarappa desarrolló una teoría económica ligada a la espiritualidad tocando cuestiones como la naturaleza, la teoría del valor, la naturaleza del trabajo y su división, el rol del estado, el derecho a la propiedad y el dinero como medio de intercambio.
En 1936 publicó su primer libro: Why the Village Movement? A plea for a Village Centred Economic Order que supuso el primer cuerpo teórico de Economía Gandhiana como tal.
La clasificación económica
Kumarappa desarrolló una ingeniosa taxonomía de la economía, basada en cómo funciona la naturaleza. Clasificó ’los tipos de economía en la naturaleza’ en: economía parasitaria, economía predadora, economía de la empresa, economía gregaria y economía del servicio. En las dos primeras, no hay reconocimiento de derechos, obligaciones o incluso de la Naturaleza. En la economía de la empresa las personas viven de su propio esfuerzo y trabajo manual, sin embargo, el interés personal es todavía una característica central. Hay reconocimiento de derechos y obligaciones pero la ausencia de altruismo convierte a la economía de la empresa en susceptible a la violencia y representa la etapa más elemental de la evolución social. En las siguientes etapas, las personas se tornan "más y más conscientes de que no viven solas sino que hay lazos que (nos) unen". Este es el momento en el que se desarrolla la economía gregaria. Esta economía funciona como funcionan las abejas, que no trabajan para ellas mismas sino para el beneficio común de toda la colonia que representa "una extensión del interés individual al interés grupal y de la economía de lo inmediato a la planificación a largo plazo de las necesidades".
Finalmente, la economía del servicio es aquella basada en ’valores culturales más elevados’, y que reconoce deberes más que derechos. Este tipo de economía conlleva la ’evaluación de todas las vidas en relación con las otras vidas’ y es la que puede ser considerada la economía de la permanencia.
Collage de Maite Ortega. http://www.maiteortega.com/
’La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que tratan a sus animales.’
Mahatma Gandhi
Los movimientos actuales
Mucho tienen que ver las propuestas de Gandhi y Kumarappa con las manifestaciones de la ’nueva economía’ de nuestros días. Boyle y Simms afirman que ’es un estudio de cómo las personas y los lugares donde estas viven, pueden alcanzar todo su potencial utilizando los recursos que están a su disposición, y que no siempre son reducibles a dinero [2]’.
Iniciativas y movimientos como la economía del bien común, que trata de implantar y desarrollar una economía sostenible y alternativa basada en los valores que hacen florecer a las personas: confianza, cooperación, aprecio, codeterminación, solidaridad y acción de compartir más que basada en los mercados financieros [3].
La economía del procomún que es un modelo de gobernanza para el bien común. ’La manera de producir y gestionar en comunidad bienes y recursos, tangibles e intangibles, que nos pertenecen a todas, o mejor, que no pertenecen a nadie. Un antiguo concepto jurídico-filosófico, que en los últimos años ha vuelto a coger vigencia y repercusión pública, gracias al software libre y al movimiento open source o al premio Nobel de Economía concedido a Elinor Ostrom en 2009, por sus aportaciones al gobierno de los bienes comunes [4]’.
Mucho tienen que ver las propuestas de Gandhi y Kumarappa con las manifestaciones de la ’nueva economía’
La economía circular que se define como ’el modelo que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar [5]’. La economía circular propone un sistema de funcionamiento similar a la cadena trófica de los ecosistemas.
La economía azul [6] que propone utilizar el ’conocimiento acumulado durante millones de años por la naturaleza para alcanzar cada vez mayores niveles de eficacia, respetando el medio y creando riqueza, y traducir esa lógica del ecosistema al mundo empresarial’.
Las ciudades en transición se han puesto en marcha para aunar todo lo anterior y proponer y demostrar en la práctica un modelo sostenible a largo plazo resiliente a las crisis económicas y que supera el modelo basado en combustibles fósiles.
Las monedas sociales que pueden ser instrumentos para llevar todo lo anterior a cabo. Como hemos mencionado, la primera forma de subversión para Kumarappa fue dejar de utilizar papel moneda y fomentar el trueque. No obstante, existen muchísimos modelos de monedas que pueden ayudar al soporte diversos objetivos, como la promoción de la energía sostenible o el fomento del capital social. En las monedas sociales, la acumulación no tiene sentido, la circulación sí, al igual que en el funcionamiento de los ecosistemas.
Los nuevos modelos económicos proponen un giro de perspectiva, especialmente en relación con la naturaleza: proponen tomarla como ejemplo en lugar de considerarla un recurso a explotar. Podemos crear nuevos mecanismos de relación con el entorno donde se supere de una vez por todas el paradigma de la escasez (escasez de recursos, escasez de espacio, escasez de comida) y asumamos que la naturaleza y el mundo, son generosos y que hay para todos si se reparte.
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