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La "amenaza" de los movimientos cooperativos

16 de marzo de 2015

El capitalismo y los modelos de propiedad

La creación de lo que llamamos capitalismo, con su identificación con la propiedad privada y la libertad (libertad entendida como la permanencia fuera de la supervisión democrática) de mercado, ha sido un proyecto deliberado que se ha expandido a lo largo de siglos. El elemento central de este proyecto económico sido la erradicación y marginalización de modelos de propiedad y de negocio alternativos.


El capitalismo y los modelos de propiedad

La fragmentación de la tierra en parcelas de tierra

La Tierra como un todo podría ser considerada como una propiedad comunitaria compartida por millones de especies que han ido cambiando a lo largo del tiempo. Inicialmente los "no humanos" no eran considerados como animales salvajes o como propiedad privada, sino como seres vivos que merecían respeto e incluso reverencia. El animismo era la base de la vida espiritual, lo que implicaba que incluso algunos objetos inanimados, como por ejemplo lugares específicos o rocas, eran considerados como seres vivos en cierta medida.

Con la aparición de la agricultura y la ganadería se desarrolló la creencia de que la tierra y otras especies podían ser consideradas propiedad privada perteneciente a los seres humanos, a partir de ese momento empezó el saqueo de las zonas comunes. El proceso se llevó a cabo directamente a través de la posesión de las mismas o indirectamente, a través de la tasación e instrumentos de deuda como el pago de intereses. En estas sociedades, la población humana, se dividió en un pequeñas élites, cuadros de especialistas que servían a dichas élites y una gran mayoría de población que trabajaba la tierra. Los seres humanos en sí mismos, se convirtieron en propiedad privada, a través de la esclavitud.

Los ciclos de crecimiento, conquista, colapso y recuperación se reprodujeron en distintas regiones a lo largo de miles de años, hasta el fatídico año 1492. El “descubrimiento” de América marcó la conversión de gran parte de la tierra en propiedad privada europea a través de conquistas, subyugaciones y genocidio. En las Américas, una increíblemente rica y diversa variedad de comunidades humanas fue reemplazada por colonos europeos que se asentaron en las nuevas tierras y que conformaron sociedades con puntos de vista absolutamente eurocéntricos. Este modelo de colonización fue reproducido en Australia o Nueva Zelanda, mientras que la corrupción de élites locales y reyezuelos fue el modelo utilizado en África, India o el Sudeste Asiático.

La primacía de la propiedad privada de la tierra sobre la visión comunal fue ideológicamente representada por la economía dominante del momento. El modelo propuesto por Garrett Hardin [1] en su libro “The Tragedy of the Commons” (La tragedia de las zonas comunes) ha aportado mucho al debate sobre la propiedad comunal, desde que fue publicado en 1968. Sin embargo, su teoría ha sido fundamentalmente criticada por considerarse una visión de la propiedad común “abierta para todos” en lugar de una propiedad de gestión basada en la comunidad, con procesos, reglas y sanciones para controlar el mal uso. A pesar de ello, su obra contribuyó en gran medida a visibilizar la dominación del modelo de propiedad privada sobre otros.

La amenaza de los movimientos cooperativos en Estados Unidos

Los movimientos cooperativos representan amplias y diversas alternativas al sistema dominante de propiedad privada. El movimiento cooperativo, de hecho, ha surgido y resurgido numerosas veces a lo largo de la historia moderna del desarrollo industrial. El motivo principal se ha repetido: comunidades que quieren trabajar de manera cooperativa para recuperar cierto control sobre sus condiciones de vida y su bienestar. En muchos casos, no en todos, las diferentes estrategias de las clases trabajadoras y movimientos políticos fueron movimientos simbióticos y formas interconectadas para proteger y apoyar los intereses de las personas.

En los Estados Unidos, a lo largo del siglo XIX ha habido amplios y repetidos intentos para establecer cooperativas y modelos alternativos de propiedad, con algunas propuestas explicitas para reemplazar el modelo capitalista por el modelo cooperativo. Curl [2] , por ejemplo, detalla el amplio rango y diversidad de cooperativas y movimientos sociales en este periodo, en el cual había un vínculo natural con sindicatos y uniones de agricultores, muchos de los cuales buscaban un cambio social más amplio a través de empresas cooperativas. El pico del movimiento cooperativo en Estados Unidos fue tras la guerra civil, fuertemente apoyado por sindicatos como los “knights of Labor” (Los Caballeros del Trabajo) que trataron de establecer las cooperativas como el principal modelo de propiedad

El sector basado en el modelo de la propiedad privada se puso manos a la obra para eliminar lo que veía como un competidor directo. Usó instrumentos como la negación de créditos, listas negras de proveedores, competición salvaje para forzar a las cooperativas a salir del mercado, restricciones legislativas o la identificación del movimiento cooperativo con el inicio de un nuevo socialismo. Todas estas acciones fueron además acompañadas de actividades antisindicales y principalmente apoyadas por el sector privado y el Estado [3]. Tal y como afirma Archer “el uso extensivo de la represión estatal, reglas judiciales, policía y ejército, hizo difícil o imposible para algunos grupos, mantener vivas las organizaciones que podían satisfacer sus intereses” [4]. El resultado fueron unas instituciones menos favorecedoras a los cambios de status quo, y donde las cooperativas se encontraron frente a escasas posibilidades de supervivencia.

En otras regiones, donde las instituciones apoyaron los sistemas alternativos de empresa, las cooperativas (incluidas las cooperativas de trabajadores) han conseguido desarrollarse y funcionar. Estas regiones, incluyen la Emilia-Romagna en Italia, Quebec en Canadá y el País Vasco en España. Todos ellos comparten sistemas políticos que los apoyan y amplias organizaciones basadas en la fuerza de trabajo.

Las limitaciones de futuras posibilidades a través de la ideología y de la historia perdida

El actual status quo es el resultado de luchas históricas entre distintas fuerzas, donde los ganadores han sido capaces de modelar la ideología dominante y el discurso social que le provee de legitimidad. Todas las herramientas posibles fueron utilizadas para alienar poblaciones enteras de sus creencias y prácticas históricas, promoviendo la remoción de modelos alternativos en términos de propiedad y negocio que pudieran resultar competidores.

La historia de los modelos de propiedad y negocio diferentes y las luchas de poder que desembocaron en la realidad actual han sido olvidados al no encajar en el discurso dominante actual. En lugar de ellos, la ideología ahistórica e impuesta, toma como punto de partida el actual modelo económico, el capitalista basado en la propiedad privada. La vanguardia moderna del imperialismo cultural e ideológico es el de la economía neoclásica y sus emisarios, como son el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los cuales reverencian la propiedad privada casi como una religión. Sólo algunos escritores como Zinn [5] o Chomsky [6], se atreven a contradecir dichas creencias utilizando argumentos basados en una perspectiva histórica más real.

El resultado de todo ellos es que las decisiones que reguardan a las estructuras de propiedad y modelos de negocio, están constreñidas por marcos conceptuales totalmente enclavados en el discurso dominante. La revolución neoliberal de las últimas décadas [7] ha exacerbado esta situación, por ejemplo, reduciendo el poder de los sindicatos, consolidando medios de comunicación pertenecientes a corporaciones privadas que ensalzan el status quo y reduciendo increíblemente la legitimidad del discurso de base comunitaria en la sociedada. La increíble concentración de poder en manos de un número muy reducido de propietarios ha resultado en la siguiente cifra: 85 individuos concentran el mismo número de posesiones que la mitad más pobre de la tierra [8]. El concepto de propiedad privada ha sido incluso extendido para facilitar la privatización de recursos intelectuales y culturales comunes, incluso para crear, y privatizar formas de vida.

Sin la eliminación de la distribución no equitativa de la propiedad en manos privadas, políticas superficiales como el incremento de los impuestos sobre la propiedad (que serán reducidos de nuevo con el paso del tiempo, tal y como ha ocurrido a lo largo de la historia) no conllevan un cambio en el sistema. El punto clave es la realización de una profunda reforma del derecho a la tierra. Un ejemplo de éxito en este caso es la reforma que se llevó a cabo en Japón tras la Segunda Guerra Mundial. El coeficiente de Gini de distribución de la renta bajó de 0.5 a 0.35 [9]. Una aplicación moderna de la redistribución de la propiedad, preferiblemente siguiendo la visión del bien común no solo para la humanidad sino para todas las especies en general, podría reducir increíblemente las igualdades sociales y equilibrar de nuevo las relaciones de la humanidad con el resto de los pobladores de la tierra.

*Roger Boyd. Ha trabajado 18 años en el Banco de Montreal y previamente en otras corporaciones como IBM. Tras esta larga carrera en el sector financiero y darse cuenta del monstruo para el que trabajaba lo dejó todo y se dedicó a escribir sobre economía crítica. Su tercer libro, Schizophrenic Society, será publicado en breve. Le puedes seguir en su blog.

Traducción: Genoveva López.

Roger Boyd*    Blog Humanity’s test

Notas

[1- Garrett Hardin (1968), The Tragedy of the Commons, Science 162 (3859): 1243-1248. 1968.

[2- John Curl (2009), For All the People: Uncovering the Hidden History of Cooperation, Cooperative Movements, and Communism in America, PM Press

[3- Howard Zinn (1980), A People’s History of the United States, Harper & Row

[4Robin Archer (2008), Why is There No Labor Party in the United States?, Princeton University Press

[5- Howard Zinn (1980), A People’s History of the United States, Harper & Row

[6- Noam Chomsky (1999), Year 501: The Conquest Continues, South End Press

[7- Harvey (2007), A Brief History of Neoliberalism, Oxford University Press

[8Graeme Wearden (2014), Oxfam: 85 richest people as wealthy as poorest half of the world, The Guardian. Accessed at http://www.theguardian.com/business/2014/jan/20/oxfam-85-richest-people-half-of-the-world

[9Toshihiko Kawagoe (1999), Agricultural Land Reform In Postwar Japan: Experiences and Issue, World Bank Policy Research W

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