En la Grecia clásica, Hipócrates proclamó el principio “que tu alimento sea tu medicina”. Veinticinco siglos después, un médico joven se queja de que en la Facultad ni siquiera le han enseñado nutrición.
¿Esto no resulta sospechoso? Ellos no quieren que sepamos y utilizan la educación para filtrar lo que debemos y no debemos saber. Forman a los médicos como adeptos de una secta cuyo dios no es la salud, sino la corporación de laboratorios farmacéuticos y las industrias de alimentación. (...)
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