Categories

 

Portada > Economías > Políticas > Programas electorales, poder y ciudadanía


El Grup Càlam propone analizar programas electorales de manera conjunta

14 de mayo de 2015

Programas electorales, poder y ciudadanía

Grup Càlam se configura como un espacio de trabajo desde el que se invita a reflexionar y elaborar aportaciones originales que contribuyan a mejorar el sistema democrático. Han elaborado la propuesta de Representación Colaborativa como un mecanismo de construcción de decisiones colectivas basado en la colaboración representante-representado/a. A partir de ahí, han concretado un marco de análisis del empoderamiento de la ciudadanía para evaluar el potencial empoderador de las propuestas electorales


Programas electorales, poder y ciudadanía

Las democracias actuales están construidas sobre el concepto de “representación”. A través de la participación electoral los ciudadanos y ciudadanas elegimos al conjunto de personas que deben ejercer de representantes de nuestros intereses de un modo sensible a nuestros deseos. O, al menos, esto es lo que dice la teoría política. Sin embargo, el contexto de desigualdad social que vivimos ha puesto en jaque esta idea. En la actualidad, su capacidad como instrumento para servir al “interés general” es, cuando menos, limitada. De ahí, que resulte necesario revisar su configuración de cara a generar procesos de construcción de una sociedad socialmente justa.

En esta línea, encontramos que la representación está concebida sobre la base de la cesión de autoridad (poder) de las personas representadas a las personas representantes. De hecho, una vez concluido el proceso electoral la ciudadanía perdemos el poder real de influir en los procesos de toma de decisiones sobre aspectos que afectan a nuestras vidas, es decir, de intervenir en la configuración del “interés general”. Así, se da la paradoja de haber construido nuestro sistema democrático sobre un modelo de representación que, en el mejor de los casos, limita nuestro poder. De forma que nos encontramos frente a un sistema donde el poder es ejercido, casi en exclusiva, por un subconjunto –muy reducido- de ciudadanos y ciudadanas que, por otro lado, ha demostrado ser insuficiente para configurar una realidad que garantice el bienestar de toda la ciudadanía. Por tanto, tiene sentido abordar nuevos planteamientos que reequilibren el reparto de poder donde éste se transfiera a las personas representadas. Hablamos de poner en marcha procesos de empoderamiento de la ciudadanía. Es decir, configurar a la ciudadanía como un contrapoder social sostenible con capacidad de ejercer influencia en la esfera política, social, económica y medioambiental.

En este sentido, existe un acuerdo generalizado en considerar el empoderamiento de la ciudadanía como un proceso iterativo relacionado con las diferentes formas en las que opera el poder. En primer lugar, en línea con la definición convencional de “poder sobre”, el empoderamiento pone énfasis en la participación ciudadana en las estructuras políticas y en los procesos formales de toma de decisiones. Y, en segundo lugar, a partir de formas de poder generativas (“poder para” y “poder con”) el empoderamiento tiene que ver con los procesos por los cuales la gente tomamos conciencia de nuestros propios intereses y como estos se relacionan con los de otras personas.

Tiene sentido abordar nuevos planteamientos que reequilibren el reparto de poder

Por otro lado, la toma de conciencia y la participación en la toma de decisiones van asociadas a la adquisición de nuevas competencias necesarias para desenvolvernos en un entorno cada vez más cambiante y complejo. Además, en línea con el trabajo realizado por Naciones Unidas, el empoderamiento requiere del desarrollo de un entorno proclive que permita y aliente la participación de cualquier persona a lo largo de su vida, de forma individual o colectiva. Esto incluye acceso al conocimiento y la información necesarios, para lo cual las tecnologías de la información y la comunicación juegan un papel fundamental. En este sentido, la habilidad de comprender el entorno resulta un factor crítico para que las personas se vean capaces de influir en las decisiones gubernamentales.

A partir del razonamiento precedente, parece lógico preguntarse cómo poner en marcha procesos de empoderamiento que trasladen a la ciudadanía las diferentes formas de poder, promuevan la toma de conciencia individual y colectiva, faciliten la adquisición de las competencias necesarias y articulen un entorno favorable. Una forma podría ser partiendo de las estructuras actuales de representación política contando con los partidos políticos como actores clave. Desde la capacidad que les otorga el sistema de representación actual pueden promover los cambios necesarios para trasladar a la ciudadanía el poder real de influir en las decisiones que afectan a sus vidas. Ahora bien, dependerá de la voluntad política el que quieran hacerlo. Faltará saber si han considerado los partidos políticos esta cuestión o si estarán dispuestos a poner en marcha este tipo de procesos. La mejor forma de responder a estas preguntas es examinar sus programas electorales. A fin de cuentas, estos constituyen la documentación donde recogen sus prioridades y estrategias para desempeñar la acción de gobierno en el corto y medio plazo.

Pues bien, desde Grup Càlam hemos elaborado un método para valorar el potencial empoderador de los programas electorales y recoger el resultado en forma de índice que permita la comparación entre los diferentes partidos políticos. El objetivo es que nos sirva a ciudadanos y ciudadanas como herramienta de reflexión y orientación para valorar las propuestas electorales en un ámbito tan importante y necesario como es nuestro empoderamiento.

Con la vista puesta en los programas electorales de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo nuestro objetivo es realizar el análisis de los programas electorales presentados –en principio, en la Comunidad Valenciana y Valencia capital-. Para ello, hemos establecido los temas que hemos considerado fundamentales en cada uno de los elementos integradores del empoderamiento (toma de conciencia, adquisición de competencias y desarrollo del entorno). A partir de ahí, el trabajo se centrará en identificar y clasificar las propuestas incluidas en cada programa relacionadas con estos temas. Seguidamente, para cada una de ellas determinar si el partido político mantiene una posición favorable o contraria. A continuación, para cada programa electoral determinar el porcentaje de propuestas favorables y el porcentaje de propuestas desfavorables. Por último, el valor del índice se calcula como la diferencia entre ambos porcentajes pudiendo resultar un valor entre -100 y 100. Ahora bien, si se tiene en cuenta que el conjunto de propuestas relacionadas con el empoderamiento es un subconjunto del total de propuestas contenidas en los programas electorales entonces es previsible que ningún partido político alcance valores próximos a 100 o -100.

Podéis acceder a la definición completa del índice en este enlace.

Diego Álvarez    Grup Càlam

Comentar