Comienza el nuevo año, con sus nuevos propósitos: "esta vez haré algo más de ejercicio", "los domingos me iré a correr al parque". Pero el cartel, publicidad adosada a un gimnasio, va más allá. Nos recuerda que no hay mejor propósito que dejar de ser normal ("mediocre", dirían los dueños del gimnasio). El estigma de la belleza, del cuerpo danone, es en realidad el estigma del que puede ser élite, es decir, del que puede servir de espejo en el que los demás se miran. Comienza 2015. Tienes un nuevo año para convertirte en estigma. Muchos lo intentan, pocos lo logran.
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