Del 29 de septiembre al 3 de octubre ha tenido lugar en Maryland la séptima ronda de negociaciones del Tratado de Comercio e Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP).
La mayoría de las conversaciones giran en torno a la cooperación reguladora. Por una parte, los negociadores discutieron sobre la regulación en diversos sectores, donde se incluyeron las propuestas sobre las barreras técnicas al comercio, la coherencia reguladora y las medidas sanitarias y fitosanitarias. Sin embargo también se trató la regulación en sectores específicos (como productos farmacéuticos, químicos o automóviles). Los negociadores se afanan por identificar beneficios mutuos y por eliminar pruebas duplicadas.
En la séptima ronda de negociaciones también hubo lugar para la discusión sobre las reglas y estándares internacionales, poniendo el acento en la energía y las materias primas, los derechos de aduana, la simplificación del comercio, los derechos de propiedad intelectual y en las pequeñas y medianas empresas.
Por otro lado, las discusione sobre la protección de inversiones y, en particular, sobre el mecanismo de resolución de conflictos inversor-Estado (ISDS) aún permanecen en espera, aunque un total de 13 gobiernos de la UE han presionado al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para que este mecanismo se mantenga en el TTIP.
Uno de los puntos más controvertidos es la cooperación reguladora sobre los servicios fiancieros. La UE pretende que el TTIP la incluya, mientras que EE.UU. no lo considera necesario. Los asuntos relativos a las denominaciones de origen también son germen de desacuerdos. La Unión Europea habría solicitado la protección de determinados productos bajo la Denominación de Origen, sobre todo agrícolas. Para Estados Unidos, estos productos son genéricos y cree que no están cualificados para obtener la Denominación de Origen.
La próxima ronda de negociaciones tendrá lugar en diciembre de este año, aunque aún no se ha decidido la fecha.
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