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Brecha salarial en la economía social

8 de marzo de 2015

La retribución de las emprendedoras sociales es un 29% inferior que la de los hombres

Según un estudio del London School of Economics, en el Reino Unido las emprendedoras sociales, aún estableciendo su propio salario, retribuyen el 29% menos que los hombres, pese a registrar un mayor nivel de satisfacción respecto a la propia actividad.


La retribución de las emprendedoras sociales es un 29% inferior que la de los hombres

Que exista desigualdad salarial entre hombres y mujeres, no es una novedad, según datos de la OCSE, una mujer gana aproximadamente el 30% menos que un hombre. De acuerdo a un estudio del London Schoold of Economics, este dato se daría no sólo en las trabajadoras asalariadas, sino también en las emprendedoras, y particularmente en las sociales. A pesar de que desde 1977, como indica el citado estudio, el porcentaje de negocios gestionados por mujeres haya crecido un 63% debido a la presencia femenina en puestos de responsabilidad, no se dan por el momento las condiciones que faciliten la conquista de una paridad salarial entre géneros.

Tomando una muestra representativa de emprendedoras sociales en Reino Unido, el estudio establece que las directivas ganan de media el 29% menos que los directivos, manifestando por el contrario un mayor nivel de satisfacción laboral. La brecha salarial entre géneros es notable en el emprendimiento social, puesto que en el Reino Unido la diferencia de retribución entre hombres y mujeres es del 19%. “ Resulta paradójico el factor satisfacción” señala en un artículo publicado por la revista Fastcompany, Saul Estrin, profesor del London School of Economics, y uno de los autores del estudio, “es evidente que la empresa social es una elección profesional que reporta un alto grado de satisfacción, aunque parece que en términos de retribución reproduce los mismos patrones de desigualdad entre géneros”. Pareciera que las emprendedoras sociales se conformasen con ganar algo menos en compensación por el reconocimiento social y otro tipo de gratificaciones no económicas; pese a lo cual cuesta entender el porqué de la brecha salarial. Estrin apunta a que además de la dificultad de conciliación de la vida familiar y profesional, existen peculiaridades de género que complican el alcance de la paridad salarial, “numerosos estudios evidencian que las mujeres manifiestan una menor autoestima, lo cual complica la negociación de los salarios o la demanda de posibles aumentos de sueldo. En cualquier caso, estas no deberían ser razones suficientes para explicar el hecho de las emprendedoras sociales, que pueden establecer unos parámetros de retribución propios, elijan pagarse menos”. En este caso, Estrin sostiene que es muy difícil entender exactamente las razones de la brecha salarial.

“En este caso no estaríamos hablando de discriminación, porque son las propias emprendedoras sociales las que administran sus empresas, y fijan su retribución. Para entender exactamente las causas de este fenómeno se debería profundizar en su investigación, aunque podamos dibujar algunas hipótesis”, continua Estrin, “las mujeres generalmente gestionan empresas de dimensiones inferiores respecto a los hombres, cuyos ingresos son por lo tanto menores. Este hecho parece estar ligado a que las mujeres elijan afrontar problemas sociales de mayor complejidad, lo que dificulta la obtención de resultados positivos y se traduce en un menor retorno de beneficio respecto a sus homólogos masculinos”.Por otro lado, en opinión de Estrin, las emprendedoras son menos propensas a asumir riesgos, más prudentes o quizás más responsables que los hombres, al menos estadísticamente. En realidad prefieren preservar sus recursos empresariales hasta no estar seguras de tener las cuentas en orden.

Artículo original en italiano en la web de Vita.
Traducción: Laura Egido.

Ottavia Spaggiari    Vita

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