El actual mandamás de nuestro país, el Pinocho de la Moncloa, acaba de informarnos solemnemente de lo bien que vivimos. “España va bien”, nos dice. Afirmación desmentida por la realidad y por sendos informes de la CEOE y de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, sobre el Estado Social de la Nación 2017.
El desmentido se resume en uno de sus párrafos. “Para la inmensa mayoría de la población, el futuro, simplemente, no existe, y toca aferrarse a cualquier alternativa que nos permita vivir el día a día, creando la ilusión de que estamos en la senda de la recuperación”.
Pera si es cierto que en España hay a quien la va bien, muy bien. A los duques de las puertas giratorias, marqueses de las cuevas de Alí Babá. A los gorrones que han hecho de la política su medio de vida, olvidándose que han sido elegidos para servir al pueblo y no a ellos mismos, multiplicada su presencia como el milagro de los panes y los peces. Allá donde mires siempre te encuentras uno, A los cientos, miles de familiares, amigos y amiguetes de esta corte de vividores que pululan por todo nuestro país. Y también a los señorones del 3%.
Y sobre todo a los patriotas de la bolsa o la vida, a los ricos, a la banca, a las grandes empresas nacionales y las multinacionales que pululan en nuestra tierra, que, según el vocero popular, llamado Don Montoro, solo pagan el 7% de impuestos mientras el resto mantenemos la cosa pública.
Pero lo más repugnante de esto no son sus mentiras, que lo son, es lo que dicen que hacen con los dineros que nos roban a todos evadiendo impuestos. ¿Los reinvierten en generar oportunidades de vida a los que llaman compatriotas?, no. Lo trasladan con la tolerancia de nuestro Gobierno y los de la UE, así como el FMI, la CEOE… a guaridas financieras, mal llamadas paraísos fiscales. Eso es patriotismo y no otra cosa.
Y que son estas guaridas financieras. Herramientas fundamentales del crimen. Lo dice Naciones Unidas.
Son territorios que intencionadamente han adoptado un marco legal que cuenta con las siguientes características:
- Baja o nula tributación.
- Ventajas fiscales para los no residentes, sin necesidad de justificar una
- actividad económica sustancial y real.
- Falta de cooperación con otras administraciones tributarias.
- Opacidad: marcos legales que permiten la no identificación de las entidades registradas ni de sus titulares o propietarios de los activos.
- Toleran sin control alguno, el flujo de fideicomisos, fundaciones y otras formas jurídicas que utilizan bancos, grandes empresas, fondos de alto riesgo, fondos de pensiones, modos especiales de inversión, grandes fortunas y la propia corrupción política, y que sirven como oscuras y secretas plataformas de evasión y elusión fiscal para el comercio y la especulación. También son un medio perfecto para lavar el dinero negro de narcotraficantes, traficantes de armas, mafias y organizaciones terroristas. Sus leyes permiten crear empresas pantalla, sucursales y filiales bancarias.
Es decir, las cuevas de Alí Babá. Lugares para la convivencia de criminales de todo tipo. Y mientras nuestro querido Pinocho de la Moncloa nos repite como buena cotorra parlanchina" España va bien, España va bien…"
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