La monetarización de los regalos
El regalo, esa muestra de cariño y afecto, se ha mercantilizado por completo, se ha convertido en una simple muestra de que el cariño se puede valorar en euros. Dicho mensaje ha calado completamente en nuestra sociedad, lo hemos interiorizado, valoramos todo por lo que su etiqueta dice que vale y en las fiestas navideñas esto parece llegar a uno de sus puntos más altos (solo superado por las “listas de regalos de bodas”). Incluso se está haciendo de lo más normal el poner mínimo y máximo de gasto al regalo. Puedes estar haciendo un bonito collage de fotos durante horas o una escultura en barro en la que imprimes todo tu cariño y correr el riesgo de quedar como el “tacaño” que no se ha gastado los mismos 10€ que ha costado esa horrible bufanda que te han regalado a ti
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Tenemos que aprender a ver más allá de lo económico y monetario en los regalos. Muchos se han olvidado de otros factores que dan valor al regalo tales como el cariño, el esfuerzo o la ética. Deberíamos ser éticos al regalar y éticos al recibir regalos. Ver más allá y pensar en su procedencia, si respeta el medio ambiente, su verdadera utilidad, etc.
Haz que tu regalo tenga un “efecto”
Para hablar de otro aspecto que deberíamos tener en cuenta a la hora de elegir un regalo os quiero explicar un término que los economistas llaman “el efecto multiplicador del gasto”. Este término explica que el dinero que nos gastamos tiene un efecto en la economía que se multiplica ya que el que recibe tu dinero lo gastará en otro sitio y así consecutivamente provocando un empuje que multiplica varias veces el que haces tu solo con esa compra. Hasta aquí todo claro e incluso es una buena excusa para gastar dinero con el pretexto de impulsar el crecimiento, pero en esta sociedad en la que existen los paraísos fiscales, las SICAVs, la deslocalización de las fábricas, la explotación cercana al esclavismo que sufren los países del sur y la explotación en nuestro país mediante salarios y contratos basuras, ese efecto multiplicador de nuestro dinero puede perder todo ese empujón muy rápidamente y nosotros debemos ser conscientes de ello para poder evitarlo.
Me explico con un ejemplo. Tu decides comprarle a un amigo una de esas “preciosas” bufandas que tan baratas venden en esa conocida cadena de tiendas de ropa tan “española”, pero resulta que esa bufanda ya no está hecha en un taller de costura en Galicia como antiguamente sino en unos talleres en Marruecos o en Brasil donde unas subcontratas tratan como esclavos a sus trabajadores y donde el salario no les da para tener una vida digna. Por otro lado la o el dependiente que te la vende tiene un contrato temporal y basura por el que recibe el salario mínimo por aguantar a pesados como tú y yo. Para rematar, el conocido dueño de esa cadena de tiendas, al cual no le llega con ser uno de los hombres más ricos del mundo, utilizará todo tipo de ingeniería fiscal y demás triquiñuelas y desgravaciones para que su empresa pague el mínimo de impuestos posibles. Una vez haya pagado ya como empresa, se repartirá el beneficio con sus accionistas y meterá su parte en una SICAV pagando solo un 1% en vez del 52% que debería pagar.
En resumen, de los 10€ que te costo esa bufanda nada o casi nada irá a los productores ya que los españoles están en el paro y los del sur están esclavizados. Muy poco irá a parar al trabajador de la tienda el cual cobra un sueldo basura. Casi nada irá a Hacienda ya que no se pagarán muchos impuestos por ello. La gran mayoría de tus 10€ servirán para que esas personas engorden más unas huchas sin fondo y así puedan seguir escalando puestos en la lista Forbes, eliminando completamente ese beneficioso efecto multiplicador.
Pero imaginemos ahora que decidimos comprar esa bufanda en una tienda local, de tu barrio. A los pequeños empresarios les es mucho más complicado evadir impuestos, no tienen capital necesario para formar una SICAV ni para contratar a un bufete financiero que les monte una sede en algún paraíso fiscal. Muchas pequeñas tiendas también se ven obligadas a pagar el salario mínimo para poder competir con esas grandes tiendas pero el ratio de contratación/facturación siempre es mucho mayor el de las PYMES por lo cual crean mucho más empleo si consumimos en ellas que si lo hacemos en las grandes. El simpático tendero que nos atiende sabe de sobra lo que significa este “efecto multiplicador” aunque no sea economista ya que el conoce lo importante que es el apoyo al pequeño comercio, por lo cual se gastará tu dinero (después de pagar sus impuestos) en la frutería del barrio, estos se lo gastarán en la panadería y así sucesivamente, provocando un verdadero efecto multiplicador de tus 10€ muy beneficioso para la economía local, para Hacienda y para la creación de empleo.
Opciones diferentes para tus regalos navideños
Hazlo tu mismo: No hay mejor regalo que el que está hecho personalmente. El esfuerzo y el cariño que se le da a un regalo hecho por ti no se puede valorar nunca en euros. Saca tu arte escondido y tu imaginación, pon en tu mente a esa persona a la quieres hacer el regalo y algo saldrá. También puedes reciclar algo, regala a tu amigo esa camiseta que siempre te dice que le encanta o algo que os traiga recuerdos comunes.
Regala Comercio Justo: Como ya sabréis las tiendas de Comercio Justo venden productos importados de cooperativas del sur donde se certifica que nadie es explotado por el camino. Además los beneficios obtenidos de dicha producción se reinvierten en la mejora de la comunidad ayudando al desarrollo de los países del sur. La mayoría de las tiendas pertenecen a ONG que reinvierten también su beneficio en campañas de concienciación por lo que el beneficio que provoca tu gasto es inmenso. Os dejo un listado de tiendas de Comercio Justo para que busquéis la más cercana a vuestra casa.
Regala desarrollo: KIVA es una página web que nos permite prestar pequeños microcréditos a prestatarios de países del sur que necesitan pequeñas inversiones para crear sus negocios pero que están excluidos del sistema financiero. La web tiene una opción en la que puedes hacer una tarjeta regalo de 25$ y enviar a alguien para que elija si le quiere prestar dicho dinero a una mujer que quiere montar una peluquería en Somalia o a otra que quiere comprar una oveja para vender leche en Perú. Luego la persona puede comprobar como evoluciona el proyecto, recuperar el dinero y volverlo a prestar. También puedes regalar aportaciones en proyectos de Crowdfunding en España ayudando a emprendedores a librarse del yugo de la banca y la financiación tradicional y recibiendo una recompensa a cambio.
Regala información: Hay muchos medios de información alternativos que no se nutren de publicidad sino que sobreviven gracias a las suscripciones de sus lectores y varias han lanzado campañas de captación de socios o campañas de crowdfunding para sobrevivir en estos tiempos tan duros. Puedes regalar una suscripción a uno de esos periódicos, no solo estarás apoyando a esos medios a que sigan informando sin la presión de las grandes empresas sino que estarás enseñando a tu amigo/a que otro tipo de información es posible. Algunas de esos medios de carácter cooperativista son Diagonal que ha lanzado una campaña de regalo navideño, La Marea, que también tiene una promoción navideña de suscripción con regalos, o Alternativas Económicas.
Regala conciencia: Puedes regalar las primeras cuotas de socio a una ONG, las primeras cestas de verduras de un grupo de consumo, abrirle una cuenta en un banco ético, un kit de compostaje o cualquier cosa que tenga un valor añadido de solidaridad, ecológico o ético. Regala algo que le implique y que le demuestre que con pequeñas cantidades de dinero y algo de implicación se pueden hacer grandes cosas.
Todo esto añadido a nuestro gasto en el comercio local seguro que puede hacer de los regalos de esta Navidad un cambio y provocar un efecto. Entre todos podremos redefinir ese paradigma de que el regalo solo se mide en dinero. Seguro que se os ocurren algunas otras posibilidades de regalo que a mi se me han pasado por lo que os invito a que las añadáis en los comentarios de aquí abajo.
Un abrazo (de esos que no se pueden valorar en euros)
El Economista Cabreado
P.D: Al que se le ocurra regalarme una bufanda de Zara estas Navidades le dejo de hablar ¡Que os conozco!
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