La Economía Social y Solidaria, en sus múltiples concepciones, desde las experiencias europeístas a las diversas corrientes autónomas de América Latina, se caracteriza por incorporar una serie de elementos (solidaridad, redistribución, sostenibilidad) que cuestionan el sistema económico imperante, el cual, amparado en la Ley del Mercado total ha dotado a su agente prototípico, el Homo Economicus, con valores asociados a lo masculino: competitivo, egoísta y autosuficiente.
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